miércoles, 24 de noviembre de 2010

Anhelo


Superar el anhelo. 24 de noviembre del 2010. El más dificil todavía. Volver, comprobar que aquella tarde que oscurecía a las cinco y media podría ser la tarde de hoy. No lo es realmente, quién sabe si existencialmente era más real. y, sin embargo, qué poco y cuánto es a la vez.

El espacio se ha transformado con más rapidez de lo que nuestros tiempos costumbristas vaticinaban. Pero perdidas aquellas costumbres, el frío es menos visible y por eso cala peor.

Aquella tarde comenzaba después de comer, como una obligación física. Pero se iba haciendo tarde y finalmente se relajaba. Ya eran entonces las cinco y media. La hora en que los libros ya habían empezado a hablar.

Cuando uno aprende a leer y observa en tiempo real que otras voces lo acompañan comprende que estando en el mismo sitio su vida ha cambiado. A veces, se olvida incluso de cierta gravedad presencial que se le exige sin reparar en que se le está robando vida; porque no es pasión, o quizás si, aunque nunca significa pérdida. Contrariamente a lo que puede parecer, el que lee no se encuentra enajenado ni inconsciente. No pierde salud, la gana. No pierde el tiempo, sino que lo amplía dimensionalmente. Entra en otros mundos, en otras conversaciones, en otros conflictos. Desafía su presente y el presente de otros porque elige estado. Apuesta por el presente inmediato con vistas al presente futuro, en el que probablemente ya no será como en el presente anterior.

Entrar en el juego fue fácil cuando había pocas distracciones y párrafos completos e incluso cuentos en los libros de texto, tan buenos que ni siquiera eran dulces. Ni blancos. Ni reales.

Eran casi mágicos pero no había magia. Y de estos, algunos tan puros que acababan por cortarte. Y solamente reparabas en la herida cuando volviendo a casa, te dabas cuenta de que ese dolor que habías sentido pasada la mitad o casi al terminarlo, se había colado en tu cuerpo, en alguna parte de tu mano como duele un corte no accidental. Algo parecido a un juramento de amistad con intercambio de sangre pero sin ella. Porque es de otra sustancia de la que están hechos estos hechos. Entonces uno se da cuenta de que ha descubierto a alguien trascendental.

Ese cuento podría ser verdadero. Alguien te dijo que Así Es.

Creo que el anhelo está mal visto. Significa deseo vehemente, apasionado.
Me doy cuenta de que se encuentra incomprendido. Porque no es el anhelo en sí el que genera conflicto, sino su necesidad de ser apreciado y respetado. Simplemente con el interés, con el simple ejercicio de la contemplación, dejaría de provocar confusión. Que es de lo que se alimentan las guerras.

Y el poco tiempo que nos queda, el que tenemos los humanos terrícolas, se pasa en esa frontera para algunos de vacío, para otros de despojo, para muchos de guerra, y también de prisión. Como aquel animal que perdió su mundo para vivir en el de otros, que no son los suyos.

A veces, algún día se transforma y sentimos vértigo.
Pero también hay otros en los que nos sentimos mejor. Aunque hayan pasado tantos tiempos representados en años.

Hoy es un día de otoño y he comprado castañas aunque hace tiempo que voy al campo.
Hoy es un buen día de otoño.
24 de noviembre de cualquier año, que en este caso debo recordar: 2010

A Ana María Matute:
¡Enhorabuena!
Gracias por ganarlo
(El Cervantes 2010)

1 comentario:

Mery Correa Dutari dijo...

Me encanto este texto. Hermosamente bello!!!!