lunes, 9 de agosto de 2010

Bendita Michelle, Contigo Barack




La impresión es nítida, comprobable, fiable. Es un hecho, un acontecimiento extraordinario, cuya trascendencia es histórica. El camino, herencia y deuda, que ensillaron y monumentaron miles de millones de seres humanos, es hoy una huella imborrable. Un milagro.
No ha podido la maldad ni sus peores sueños de extinción, eliminar un peregrinaje de milenios en favor de la libertad.
Ni la más venerada estatua, ni el poema más íntimo, ni la más sentida canción, podrá con la patente evidencia de lo que es la superación de la esclavitud.
No es que la Casa Blanca sea ahora negra. Es que el blanco se acerca más a las nubes que a la nieve o a la sábana. El simbolismo del color ha cambiado de significantes, incluso de significados. No sólamente el color Blanco significa Paz. Queda ahora por superar el significado occidental del negro. El fundido no tiene por qué ser negativo, ni la oscuridad debe de olvidar la niebla, el ruido o el desamparo.
La historia comienza a recobrar a sus héroes ocultados tras sus blancos huesos, recobradas sus ánimas monumentales.
Significa para mi un cambio de poder que afecta a los cimientos de la conciencia adquirida. El renacimiento de ciertos mitos. Pero es sobre todo una resurrección de la carne. Un nuevo latido.

En estos días, no me quedan penas sino esperanza. Percibo una nueva visión, concepciones que trato de interiorizar para saber lo que me falta.
Un nuevo mundo se abre a mi alrededor. Una gran necesidad de dar. De limpiar las basuras y de quitar las piedras del camino, para que no se inunde ni se cierre.
Hay muchas personas ayudando a depositar todas mis creencias en el crecimiento de la voluntad.
Voluntad por encima de miedos y debilidades.
Ya no se puede dudar. Este es el gran paso hacia adelante que se ha conseguido. Ha tomado forma evidente, superando la abstracción, el simbolismo. y podando las ramas secas del pensamiento.
Pero si me quedaba un anhelo, este se ha cumplido por encima de mis expectativas.
He celebrado como ningún otro el cumpleaños de Barack Obama. Por no dejar que ella viniera con un hombre del brazo, sino con su hija. Por partirse en dos.

Para mi es un sueño cumplido en el que ni siquiera he intervenido. Comos si la inconsciencia se volviera de pronto mágica y dejase de golpear.
Como si se pudiera abrir los ojos y comprobar que el mundo comienza a caminar.

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