martes, 12 de mayo de 2009


Hay un gran sol en el horizonte, que se oculta porque giramos.
Es un sol magnífico que procura el color y la vida.
Se que nos veríamos sin él, por eso debemos respetar su distancia perfecta, sin encelarnos.
Cuando dormimos Japón se levanta. Ignorarlo es perder, morir en soledad. Pero cuando nos levantamos, Japón no cierra los ojos.
Como tú y yo. Pero con siglos de experiencia.
Estoy dominando mis ataques de sensibilidad, porque se que mis señales no te llegan. Quizás alguna, pero no por mi. Me gustaría ser un rayo de luz para avisarte, o un pájaro al menos. Un sonido suave como una melodía. Y así voy cantando en silencio para entender canciones que me tranquilizan.

Cada día me impongo una tarea. Es lo que debe de hacerse en estos casos. Y aprendo un poco más del lugar, de los cambios y del ambiente.
Pienso a menudo en la mala educación. Pero ya no insisto.
Esta mañana he tratado de buscarte en el Instituto. Pero no se en cual estás. Están locos estos nazis.
He llamado varias veces y en ningún centro me han devuelto la llamada. Como si fuesen cárceles. Como en la que tú te encuentras.
Por eso te digo que ya no insisto. Porque ya no escuchan. La comunicación se ha perdido y actúan como hipnotizados por quien los dirige.
Hace tiempo se publicó un libro del mismo que escribió Rebelión en la granja. Si puedes leer esto busca al autor. El título es una fecha.
Como sólo entienden de dinero, he hablado con abogados. Te digo esto para que estés tranquila.
Para que no te preocupes con las cosas tan horribles que te dicen. Porque no van a poder.
Trata de pensar en los que también tienen problemas. Tienes muchos cerca y también se encuentran solos, tus compañeros.
Si no pueden comunicarse contigo, no insistas. Procura leer. Todo lo que puedas. Sin parar. Lee, lee, lee... Escribe. Acuérdate de cómo mezclabas los colores. Pintas muy bien. No lo digo por animarte, ya lo sabes.

Se que no puedes enviarme mensajes, pero puedes leer lo que yo te envío.
Te han llegado dos cartas (una es paquete). Y ¿A quien no sabes quien me ha escrito? Evelina la de los calcetines- no sabía que era evetsu-, y ya la he borrado y le he pedido disculpas por la equivocación. No comprendo cómo la conservabas en tu lista. Tenías razón, le producen alergia los Derechos Humanos.
Pero casi todos van a escribir en tu nombre -por ti- para que vuelvas pronto. Así que han ganado los que tienen alma y cordura.
Esa era la noticia que tenía que darte.
Y también que estoy empleando nuevas vías para ti. Y que estoy empezando a comer más. Para que me veas fuerte cuando vengas y pueda ayudarte mejor.

Para irme a dormir tranquila, tienes que prometerme que no vas a hacer caso de las barbaridades que te digan. Por favor, no las creas. Di que si con la cabeza pero haz como si no entendieras y no entiendas. No dejes que se grabe en tu memoria. Aleja el peligro de ti. Como si fuese un nubarrón, un guano, una estupidez. No des credibilidad a los malos pensamientos de otros, aunque insistan y te lo ordenen. No trabajan para las personas. Es falso su puesto y su función. Tú dirás que les pagan, y es cierto. Pero no les pagamos ni tú, ni yo. Ni todos tus amigos. Ni más de medio mundo.
Así pues, no olvides nunca que es dinero robado con el que se sustentan. O dinero que nunca pagamos. No fueron elegidos ni queridos.
No olvides nunca que el trabajo con los demás es siempre voluntario. Y que solamente se llega con Amor.
Ah! He estado pensando en la isla Bora-Bora. En las playas y en la arena. También en ti, por el futuro que tienes. Porque no voy a dejar que te desanimes y lo pierdas (que leas y no pienses). También en el perro que te prometí, seriamente de verdad. La verdad es que me gustaría tener incluso tortugas. ¿A ti no?
Imoyin viene a diario a por leche. Se dio cuenta enseguida que no estabas. Pero tenías razón, va a lo suyo.
Tenías razón en todo. Eso era lo que también quería decirte.
Bueno, voy a preparar la tarea de mañana. Espero que te llegue algo.
Cuídate mucho, por favor.

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