miércoles, 13 de mayo de 2009

Girar



Yo quiero mucho a la gente, por eso te quiero tanto a ti. Echo mucho de menos a gente buena que he reconocido con la mirada. En ese lenguaje universal e infinito que es el amor, la piedad, el deseo, la comunicación, la amistad. La amistad, sobre todo. Sin reparar en edades o en formas.

Hace tiempo que les echo de menos. Les espero en las colas de los mercaditos, pero ya no aparecen.
He perdido de vista a los Señores y a las Señoras, con su humilde y vieja pensión.
Con su paciencia infinita, y con su voto en blanco.

Cuando tenía tu edad también me costaba verlo, pero era porque casi no me hablaban. Son muy dulces. Como las peras.

Creo que te estoy viendo, ahora. Creo que puedo verte. Y que sabes que estoy admirada. Por tu inteligencia y por tu valentía.

Pero yo te querría igual sin nada, como todas las madres quieren a sus hijos. Pero venís con todo, con todo perfecto. Con tanta luz.

Yo creo que cuando vi tus ojos abiertos hacia la luz, y me giré, entendí que no iba a ver nada mejor. Porque era una luz que no había visto nunca.
Pero como te explico, me giré para poder verte.
Ese es mi fallo, que no me giro más a menudo.

El otro día me invitaron a una comparecencia absurda.
El despacho me gustó porque había una foto del rey y un mapa del mundo como el tuyo. Y también me tuve que girar para mirar a Japón.

Y me acordé de ti. Aunque casi no me dejaron hablar de ti, como si fuesen algo tuyo.

Lo que hacen por robar.

Tú no robes nunca, Leyre. Yo no te lo permito porque no lo necesitas. Y además, los que roban no suelen atreverse con el ladrón. Las gente está muy mal. Pero que muy mal. Y hay que recordárselo.

Robar a una víctima supone asumir una pena. Y hay que luchar entre todos porque así sea.

No son delincuentes los que roban a los ladrones, sino ajustadores de cuentas que se meten en líos.

Pero los que roban a quien trabajó, a quien dio, a quien amó; deben de ser penalizados. De lo contrario se atenta contra la Justicia, que es un bien común que debemos de conservar entre todos.


Lo mismo con las agresiones. No son buenos los ajustes de cuentas. pero quien agrede a una víctima, debe de ser expulsado de la Comunidad.

Y si la Comunidad consiente, debe de ser vetada.

Para eso existen los Organismos Internacionales y muchos Observatorios que no parece que lo son. Son vigías permanentes que dan cuenta de lo que pasa en cada país. Y por eso nos enteramos. Que no, por desgracia, por los medios de comunicación. Ni tampoco lamentablemente por los periodistas. Pero lo cierto es que les pagaban muy poco.

No creas que por eso no te animé. Yo me di cuenta de que tenías muchísimas formas que yo desconocía. Cualidades, facilidades, improntas, rasgos, reacciones e inteligencias que yo no conocía. Y me hubiera gustado tener todos los recursos a mi alcance para que experimentases. Porque eres magnífica. Por eso no conseguirán el retardo. Porque es suyo. Su merma estomacal. Es su mierda, hija. Apártate todo lo que puedas.

Es de eso de lo que hay que huir, y no del miedo.

Tener miedo es sano. No hay que avergonzarse de sentirlo. Ni hacer tonterías por ocultarlo. Si que sale de vez en cuando, pero hay que saber mantenerlo a raya. Como al hambre.

Es del peligro de lo que hay que huir.

Yo me pongo triste porque ya no hay fieras salvajes. Porque los seres humanos adoptaron sus formas, patéticamente. Pero no es bueno estar triste. Hay que luchar contra el peligro. Identificarlo. Rodearlo. Separarse de él. Romper sin miedo y sin deliberar. No es bueno perder el teimpo en eso, sino en donde no está el peligro. Es necesario y vital aprender en ese tiempo.

Y se que no te están dejando aprender, porque estás en peligro. Por eso lo estoy denunciando. No solo porque sea tu madre, sino porque es mi obligación personal.

Si, se que los días tienen que ser interminables. Que estás a la espera tremendamente cansada, indignada, irritada y violentada. Sin poder comprender. Entre fieras.

No me voy a contar ningún cuento. Ni voy a contártelo. Pero quiero que sepas que no hay que avergonzarse de los cuentos. Porque gracias a ellos aprendemos a modificar conductas. Son muy importantes.

Quiero que revises en tu memoria. Cuentos que te impresionaron. Aquellos que te aprendiste de memoria. Que busques alguna relación con algo que estés viviendo. Para reconocer. Solamente para eso.

Y también quiero que revises tus sueños. Si has vuelto a soñar alguno que se repitió en estos días. Si has reconocido en alguna sensación otra que ya habías tenido. Para que seas consciente de tus defensas. De lo fuerte que eres.

Por lo importante que es darse cuenta de que venimos al mundo con todo.

Cuando tengamos dinero, compraré cuadros.


Te echo mucho de menos.

Hoy te he vuelto a llamar. Me ha dicho que si era una amenaza. Y le he contestado que era una orden. Pero no me ha entendido. Porque yo no me creo ningún mando. Sólo me faltaba.


Lo que te decía: falta de Educación.

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