viernes, 13 de febrero de 2009

Gener ar/ación



Me gusta pensar que las palabras están relacionadas, de tal forma que lo esencial se reduce a unas cuantas.


A veces, el propio idioma deja pistas claras. Como que de la palabra gen puede provenir la palabra generar o la palabra engendrar.


A mi me gustan la segunda y la tercera. Porque al ser verbos, indican acción y nos llevan a otras de significado parecido, como lo es; procrear.
Si me paro en la primera, recuerdo a todo tipo de individuos, tanto animales como personas, y también plantas.
Gen parece ser lo primero que tiene rasgo, forma o imagen. Por lo tanto, entrarían todos los seres humanos: los que roban y los que no lo hacen.


Pero si me fijo en la segunda y en la tercera, solamente puedo pensar en algunos seres humanos. De entrada, elimino a todos los parásitos. A todas las tenias solidarias que corrompen e inundan el planeta de basura y crímenes.


No aniquilo, sin embargo, a quienes no teniendo la capacidad de generar o engendrar, son capaces de cuidar y de respetar.
Pero saludo, felicito y me siento bien cuando pienso en aquellos que pueden generar. A los que han nacido y han conservado el mayor de los dones y al único que nos convierte en seres trascendentes: la generosidad.


No sólo tenemos derecho a nacer y a morir. También tenemos derecho a vivir.


Y es que la mayor parte de las veces, se discute solamente sobre el principio y el fin de nuestra existencia. Porque cuando un nuevo ser entra en escena, parece ser que el sentido absoluto; lo que es y lo que no es, se trastorna.
El paraíso infinito de posibilidades a nuestro alcance se debilita y se trastoca cerrándose como un laberinto porque un medio deja de ser un medio para convertirse en un fin.
Y pese al Invento, o a la encarnación de la Intervención, el mal se perpetúa.
Asustando a los mansos como la inmensidad.



La huida hacia adelante es un rasgo común a toda la humanidad.
Y cuando nuestra propia naturaleza nos alerta y surge el espíritu de la lucha o la supervivencia, éste se impone sin medida. Saqueando los dones de la sensibilidad y de la inteligencia.
Dicen que la mayor parte de las veces son los más bestias los que ganan las guerras. Y como vivimos poco tiempo, creemos lo que hemos visto o leído en nuestro pasado reciente, y lo que nos han contado.
Pero, pese a todo, algunos se salvan de esta realidad.
Porque desean generarse, engendran, crean y procrean. Dan.


Es importante enseñar a descubrir y a crear.
Porque quien mira la inmensidad sin desear generarse, se encuentra apresado en el miedo.
La generosidad no tiene límites ni fines, ni miedo.
Porque colma la destreza y el ingenio, la sensibilidad, la bienaventuranza y la cumbre.



Y todo aquel que nace y que vive, lo sabe.




P.D.: La dedicatoria o pie de foto: Pureza
(No fue contradicción, sino amor)

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