miércoles, 12 de noviembre de 2008

Lord Voldemor




Tabú: Condición de las personas, instituciones y cosas a las que no es lícito censurar o mencionar.
La palabra viene de Polinesia. Quizás de la cultura lapita por aquello de que a los cadáveres se les cortaba la cabeza, se sustituía por anillos de concha y se volvían a enterrar quizás, con otro.

Yo también creo en la cabeza pero no comprendo por qué habría que separarla del cuerpo.

La mayoría de las agresiones están dirigidas al cerebro. Cuando un niño da una patada a otro, espera a sentir la reacción del daño y su interpretación en la mirada. Quien agrede espera que el agredido comprenda por qué lo ha hecho.

En términos objetivos, es dificil. La violencia como acción aislada es una especie de cadena vertiginosa que, al carecer de razón, al no poderse controlar, termina por convertirse en inexplicable para un cerebro humano sano. Se rechaza, por lo tanto. Asusta porque no se puede comprender. No se trata de acción-reacción, puesto que las personas no vivimos en relación de igualdad; a lo sumo : lo intentamos.

En teoría, cualquier situación de abuso de un ser sobre otro, se considera violencia.
Por eso, al tigre se le supone más violento que a la cebra. Porque está mejor dotado para la caza. Y a la cebra, porque no lo hace.

A la hora de comprender la sociedad, no podemos establecer paralelismos de inspiración con el mundo animal. Salvo algunas contadas excepciones en las que nos parece reconocer al león.
Rara y cruel competencia la de los humanos, cuya lucha no parece responder a ninguna ley natural.

Pero lo más inexplicable- a mi entender- es violentar a un ser más débil a la espera de que éste comprenda el motivo de la agresión. Y no es nuevo. No se trata de una extraña enfermedad consecuencia de los cambios mundiales ni de las guerras. De alguna forma se aprende, y se transmite. Pero no se enseña, no se menciona. Se entierra: es tabú.
Y con el cuento del tabú, hay que apartarse. Al no tratarse, deja de considerarse enfermedad dañina para terceros. Y les viene de perlas a los agresores porque así ni pagan ni enmiendan el daño. Y lo que es mejor: silencio gratuito.
Claro que, con el robo o el homicidio, también existe el chantaje.

Cuando deja de considerarse tabú, las cosas se les ponen feas. Y actualmente, mucho más. Porque existe una manía colectiva de ejecutar en la vía pública al delincuente. Por todos los que no le denunciaron y para que no nos asuste otro como tú, de nosotros mismos.
Así no hay quien les eche el guante.
Creo que hay que colaborar contra el delito. Y esto sólo puede hacerse cuando no existen posibles víctimas. Es una labor de vigilancia constante. De amor. De constancia. De escucha.

Todos rechazamos el daño desde que nacemos: la falta de cuidados, de atención, de respeto, de compañía, el dolor físico o la amenaza. No es dificil saber cuándo un niño o una mujer sufre o con quien, o por qué no se encuentran cómodos.

¿Por qué tanto empeño en buscar agresores y no agredidos?¿Por qué ese tabú a la hora de entrar en la vida familiar?¿De quien son los niños? ¿De los padres? No. Los niños no son de los padres ni de la familia. Quien no quiere ni protege a un niño, está perdido, enfermo. Está malo de por vida. Y ellos son los primeros en percibirlo.

!Ay! del que no escucha, !Ay! del que no pregunta, ¡Ay! del que no los mira, ¡Ay de quien los subestima, de quien los silencia, de quien los sobredimensiona, de quien los engaña o aturde. De quien no les enseña a gritar, de quien les asusta!
Viejo ¡Ay! viejo del que abusa o lo consiente... Porque Nunca será Feliz.
Por todos los Hjamases.

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