martes, 7 de octubre de 2008

Felicity

Si alguna persona se acercase en algún momento a este pequeño sitio de los sitios de esta playa de arena, me gustaría que recordase- si ha visto el mar o si lo ha sentido- esa sensación única que se experimenta cuando el sol comienza a absorber las gotas en las que se convierte el agua que queda después del baño.
Cuando no se siente frío y comienza un pequeño subidón de temperatura, se abren los ojos y se mira a unos metros de la orilla, en el punto en el que explotan las olas y la espuma parece nieve en polvo.
No es por quitar las ganas a nadie respecto a pensar en cosas más trascendentales. Pero hay que tener en cuenta, a la hora de vivir, que casi todos nuestros actos son culturales. Hasta los actos fisiológicos están condicionados y casi todo, sobre todo lo seguro; está al servicio de una cultura.

Creo que es mejor trasgredir la cultura que violentarse. No trato de evocar zafarranchos ni excentricidades, pero una de las cosas que más gracia me hace, son las manifestaciones nudistas.
Me parecen tan graciosas...que no puedo evitar sonreir.

Se que a quien lo esté pasando mal y se encuentre viviendo un conflicto, puede que no le convezca. Pero de verdad, que estoy tratando de convencer. Cuando no queda ni el poder del sexo, uno se está expresando libremente.
La sensación de verse frente a otros vestidos o la de contemplarla desde fuera, es preciosa.
Poder reirse del puro contraste, inocentemente, refleja salud y salud. Entonces, todo se empequeñece. Y el odio, resulta ridículo.
El odio es una enfermedad promiscua y contagiosa. Es una aberración tan estúpida y tan absurda que absorbe la vida con una rapidez pasmosa.Vertiginosamente. Tenaz, abisal, extremo y tan poderoso como el miedo, el odio es un invento mortal.
Cuidadito con contagiarse. Los mejores acabarán decidiendo el cómo y el cuándo, puesto que no hay más. Los peores acabarán decidiendo el cómo y el cuándo de otros. Esto, como comento, varía según las culturas. Las hay más civilizadas y menos. Las hay que peregrinan y las hay que guerrean. Al fin y al cabo, tan absurdo es, que se contabiliza. Desde 0.K. hasta 1.000000000000(bueno, pongamos menos)K.

Lo mejor, si te llegan a contagiar, es esperar. Si esperas, desesperas o no. Mientras esperas, ves que llueve, baja la temperatura, clarea, duermes, despiertas... Y caes en la cuenta de que casi toda tu vida es cultural. La vida hasta el nacimiento, no lo es. La muerte, por desgracia, si.
Por eso, es bueno pasar de la cultura, sin ofender. Sin llamar mucho la atención y por supuesto, sin dañar. LLamar la atención puede resultar caro porque está todo ya muy visto, y las reparaciones, también lo son...

Es mejor recordar la felicidad en esa espuma que se despega del agua y disfrutar de la limpieza natural. Di que si playita; di que si.

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