
Aunque la dispersión puede ser también objeto del estudio de la ciencia, el hecho de dispersar o dispersarse, se atribuye a separar y esparcir lo que estaba o debía de estar reunido.
Por eso, se utiliza como estrategia militar, en batallas o frentes.
Como la guerra se ha sofisticado y el pensamiento político también, la dispersión se utiliza en el mercado y en la red; en la escuela y en cualquier sitio.
Aunque no somos luz, emitimos radiaciones. Por eso, aunque nos dispersen, podemos seguir comunicándonos. Es una verdadera maravilla.
Como la guerra se ha sofisticado y el pensamiento político también, la dispersión se utiliza en el mercado y en la red; en la escuela y en cualquier sitio.
Aunque no somos luz, emitimos radiaciones. Por eso, aunque nos dispersen, podemos seguir comunicándonos. Es una verdadera maravilla.
Cuando se supera el bloqueo, pese a soportar la aparente dispersión general, se sigue emitiendo calor. Y el calor provoca movimiento. El movimiento provoca vida; y la vida, salud.
No hay nada más saludable que amortiguar la fuerza enemiga. Comprobar que es discursiva y disparatada. Y que su único objetivo es debilitar.
Enfermamos de miedo más que de otra cosa. Quizás porque ya no es posible huir como antaño. Y el instinto o los actos aprendidos, nos remuevan.
Por eso, me siento más afortunada que las hormigas. Y solamente en este sentido, puesto que en otros, no lo se. Supongo que no pueden sentir tanto placer como yo al comprobar que la amenaza es a veces irreal. Y que uno debe de reirse por eso.
Lamento que ellas no lo entiendan, de momento, cuando lijo pan duro contra la pared de su hormiguero.
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